alejandro,
Crisis en seis escenas
El lugar de Woody Allen siempre ha sido el cine, y parecía casi imposible verle participar en algún proyecto televisivo. Hasta que llegó la oferta para hacer una serie de televisión, que tras hacer presión al director, Amazon consiguió que produjera la miniserie Crisis en seis escenas. ¿Estará Allen a la altura de sus grandes proyectos?
Esta miniserie escrita y dirigida por el aclamado director, es una comedia que se ambienta en los Estados Unidos de los años 60. Los protagonistas son el escritor Sidney y la psicóloga matrimonial Kay Munsinger; interpretados por Woody Allen y Elaine May respectivamente. Ambos llevan una vida bastante tranquila a pesar de los conflictos con su país en esa época. Pero todo se pondrá patas arriba cuando la activista Lennie Dale, a quien interpreta Miley Cyrus, tome la decisión de pasar una temporada en la casa del matrimonio para esconderse.
Quizás al principio sea un poco extraña la forma en la que comienza, ya que parece que le cuesta arrancar y asentar las bases de lo que pretende. Pero poco a poco, con el paso de los episodios consigue aumentar el ritmo. Hasta llegar a un divertido final, tras el cual se puede comprobar que no estamos ante uno de los mejores, pero tampoco peores productos de Allen.
Aunque en este aspecto es como todo, hay a quien puede que le haya gustado más o menos, pero personalmente yo me lo he pasado bien viendo esta serie. Es más, me consiguió enganchar, y hasta que no vi los seis capítulos uno tras otro no pude parar. Lo que sí es cierto, es que durando cada episodio un máximo 25 minutos, es como si se viera una película por partes.
Bien es sabido que Woody Allen domina el género de la comedia, y en este caso lo deja claro pero quedándose a medio camino, como si volviera a su origen. El director además de escribir la serie, vuelve a meterse en la piel de uno de sus personajes, retomando la actuación. En esta ocasión es el típico hombre neurótico y nervioso, con ideas fijas. Pero esto no pillará de sorpresa a los seguidores de Allen tras haber visto otros proyectos anteriores.
Elaine May, que tiene el papel de su mujer, es la que le conduce por la serie. Sidney es un hombre que solo quiere llevar una vida tranquila y apaciguada, sin ningún tipo de preocupación más que la de su familia. En cambio Kay recibe a sus pacientes en el despacho de su casa, algo que no le termina de gustar a Sidney.
Pero es cuando llega Lennie, el personaje de Cyrus, cuando todo parece arrancar y tomar un nuevo rumbo. Cuando ella aparece, la vida del matrimonio Munsinger cambia para siempre. De esta manera, su casa se convierte en un escenario recurrente para el paso de una gran cantidad de personajes. No obstante, Cyrus al igual que algún que otro personaje secundario, pero no menos importante, tiene pocas apariciones.
En este último aspecto, parece que los personajes se quedan a medias, sin muchas veces saber qué hacen o porqué están ahí. Es verdad que aportan un punto muy carismático a la serie, reflejando entre todos la época que se representa en la ficción. Además, que hay muchas referencias a todo lo que estaba en boga en aquellos años.
La banda sonora, al igual que en algunas películas, es bastante recurrente, ya que sin necesidad de tener una rica variedad, consigue mantener el interés de los espectadores. Los vestuarios y la imagen se adaptan a lo que marcaba dicho momento, aunque lo más destacable para ello son los comentarios de los personajes. En ocasiones tienen conversaciones sobre temas políticos o sociales, donde dejan caer alguna indirecta. Incluso el propio Allen bromea con su personaje, dando a entender que no ha estado nada cómodo haciendo una serie de televisión.
Finalmente, yo animo a todo fan de las series, que si se busca un producto rápido para consumir, o bien se es fan del director; esta ficción es una buena opción ya que es bastante entretenida. Al ser tan fácil y cómoda de consumir, además de estar ya finalizada hace que sea más fácil a la hora de decidirse. Bien es cierto que no su resultado final no es tan satisfactorio como otros títulos del director americano, pero se le puede hacer un pequeño hueco.
Esta miniserie escrita y dirigida por el aclamado director, es una comedia que se ambienta en los Estados Unidos de los años 60. Los protagonistas son el escritor Sidney y la psicóloga matrimonial Kay Munsinger; interpretados por Woody Allen y Elaine May respectivamente. Ambos llevan una vida bastante tranquila a pesar de los conflictos con su país en esa época. Pero todo se pondrá patas arriba cuando la activista Lennie Dale, a quien interpreta Miley Cyrus, tome la decisión de pasar una temporada en la casa del matrimonio para esconderse.
Quizás al principio sea un poco extraña la forma en la que comienza, ya que parece que le cuesta arrancar y asentar las bases de lo que pretende. Pero poco a poco, con el paso de los episodios consigue aumentar el ritmo. Hasta llegar a un divertido final, tras el cual se puede comprobar que no estamos ante uno de los mejores, pero tampoco peores productos de Allen.
Aunque en este aspecto es como todo, hay a quien puede que le haya gustado más o menos, pero personalmente yo me lo he pasado bien viendo esta serie. Es más, me consiguió enganchar, y hasta que no vi los seis capítulos uno tras otro no pude parar. Lo que sí es cierto, es que durando cada episodio un máximo 25 minutos, es como si se viera una película por partes.
Bien es sabido que Woody Allen domina el género de la comedia, y en este caso lo deja claro pero quedándose a medio camino, como si volviera a su origen. El director además de escribir la serie, vuelve a meterse en la piel de uno de sus personajes, retomando la actuación. En esta ocasión es el típico hombre neurótico y nervioso, con ideas fijas. Pero esto no pillará de sorpresa a los seguidores de Allen tras haber visto otros proyectos anteriores.
Elaine May, que tiene el papel de su mujer, es la que le conduce por la serie. Sidney es un hombre que solo quiere llevar una vida tranquila y apaciguada, sin ningún tipo de preocupación más que la de su familia. En cambio Kay recibe a sus pacientes en el despacho de su casa, algo que no le termina de gustar a Sidney.
Pero es cuando llega Lennie, el personaje de Cyrus, cuando todo parece arrancar y tomar un nuevo rumbo. Cuando ella aparece, la vida del matrimonio Munsinger cambia para siempre. De esta manera, su casa se convierte en un escenario recurrente para el paso de una gran cantidad de personajes. No obstante, Cyrus al igual que algún que otro personaje secundario, pero no menos importante, tiene pocas apariciones.
En este último aspecto, parece que los personajes se quedan a medias, sin muchas veces saber qué hacen o porqué están ahí. Es verdad que aportan un punto muy carismático a la serie, reflejando entre todos la época que se representa en la ficción. Además, que hay muchas referencias a todo lo que estaba en boga en aquellos años.
La banda sonora, al igual que en algunas películas, es bastante recurrente, ya que sin necesidad de tener una rica variedad, consigue mantener el interés de los espectadores. Los vestuarios y la imagen se adaptan a lo que marcaba dicho momento, aunque lo más destacable para ello son los comentarios de los personajes. En ocasiones tienen conversaciones sobre temas políticos o sociales, donde dejan caer alguna indirecta. Incluso el propio Allen bromea con su personaje, dando a entender que no ha estado nada cómodo haciendo una serie de televisión.
Finalmente, yo animo a todo fan de las series, que si se busca un producto rápido para consumir, o bien se es fan del director; esta ficción es una buena opción ya que es bastante entretenida. Al ser tan fácil y cómoda de consumir, además de estar ya finalizada hace que sea más fácil a la hora de decidirse. Bien es cierto que no su resultado final no es tan satisfactorio como otros títulos del director americano, pero se le puede hacer un pequeño hueco.
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