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Los visitantes la lían (en la Revolución Francesa)

miércoles, agosto 31, 2016 Rita Shears 0 Comments

Gracias a A Contracorriente Films pudimos visionar en su preestreno esta entrega de Los Visitantes, tercera parte de esta saga de películas.

Ya vimos hace 23 años cómo en su primera y segunda entrega, el conde Godofredo de Miramonte el Audaz y su escudero Delcojón, habitantes de la Francia medieval viajan a través del tiempo al siglo XX y se enzarzan en unas disparatadas aventuras. 

En esta última cinta vuelven a viajar al futuro, pero para desgracia de Delcojón, no vuelven al siglo XX donde se lo pasó bastante bien y se trajo algún que otro souvenir de contrabando, sino al XVIII en plena Revolución Francesa. 

Entre los descendientes de ambos personajes, pertenecerán a mundos completamente diferentes, pues los descendientes de Godofredo son nobles que huyen de la Revolución, aristócratas que tratarán de salvarse de la guillotina a manos de los Delcojón, revolucionarios a favor del terror de Robespierre, quien es además el cuñado de este último.

Así, Godofredo y Delcojón volverán a chocar con las costumbres, esta vez un par de siglos más cerca, pero no tan incivilizados como de la época en la que provienen.  

He de decir que es probable que en el momento en el que la visioné, hubiera disfrutado más de ella (sí, soy culpable, no me vi sus dos precuelas) y que quizá, por eso, puede que haya perdido parte de su encanto. A pesar de todo, se me hizo bastante larga, parecía no terminar nunca, y eso que aguanté hasta el final, cosa que no podrían decir lo mismo algunas personas que me acompañaron en esta premier.

Sobre los personajes, pienso que Godofredo —Jean Reno y Delcojón —Christian Clavier— funcionaban bastante bien como pareja cómica. Godofredo como el serio, disciplinado y frío de los dos, y Delcojón (aunque sólo con el nombre ya se puede adivinar) divertido, irónico y que soltaba las cosas sin pensar en las consecuencias. También me gustó mucho la mujer de Delcojoné (puesto que el apellido mutó a lo largo del tiempo) y hermana de Robespierre, Charlotte Sylvie Testud—, quien tiene un buen corazón y confunde a Delcojón con un tío de su marido al que daban por desaparecido, acogiéndolo y cuidándolo.

La familia de los descendientes de Godofredo —Miramonte se me hicieron insoportables, un calco a la personalidad pomposa de  los aristócratas en la época, a diferencia de los de Delcojón, entregados a la Revolución. También había guiños a distintos personajes de la Francia de la época: Robespierre, Marat,... 

Ya casi al final, en una de las últimas secuencias, nos dieron a entender que tendríamos visitantes otra película más, envolviéndose también en una trama (no sabemos si más complicada que la Revolución) muy turbia de la historia de la humanidad. Quizá sea una hipótesis, pero a mí me lo dejaron bastante claro. 


Si te gustaron las anteriores entregas de Los visitantes o te gusta el humor francés (como, Dios mío, ¿qué te hemos hecho? También protagonizada por Christian Clavier), disfrutarás la película.  Si no has visto ninguna de las precuelas o la ves por casualidad... es probable que sientas que has malgastado una tarde.

~ Laura B.

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