3 tinteros,
Título: Gente que viene y Bah
Autora: Laura Norton
Editorial: Espasa
Año: 2015
ISBN: 8467043407
Páginas: 450
Precio: 19,90 €
Lo primero que debemos tener en cuenta cuando nos sumergimos en una historia de Laura Norton es el tono de sus novelas. Aunque tenemos claro que la autora plasma la comedia en cada una de las cuatrocientas cincuenta páginas, no es solo eso lo que caracteriza su prosa. Esta comedia se convierte en tragicomedia con la ajetreada y desgraciada vida de Bea y su familia, añadiendo un toque hiperbólico además del trágico.
Sin conocer esto de antemano, es muy probable que acabes por abandonar la novela y evitar a la autora, o como poco, a ver a los personajes desde una perspectiva bastante más negativa de la necesaria. Para sumergirte en Gente que viene y Bah es necesario tener la mente un poco abierta y dispuesta a asumir la exageración de los personajes de Norton.
Sin más preámbulos, iniciémonos en la historia. El personaje Bea no es precisamente un alma calmada que lleva la "procesión" por dentro cada vez que algo contradictorio le ocurre. La pequeña de los Vélez es explosiva, impulsiva, rencorosa y bastante testaruda, algo que conocemos desde el inicio de la historia. Y no es por que no vea coherente su reacción en cuanto su prometido le es infiel, sino por cómo refleja en toda su vida el dolor que está pasando y lo proyecta hacia inocentes —como un joven del AVE que simplemente pasaba por su lado—.
El profundo agravio por la traición de Víctor la sigue desde el primer momento, llevándola a cortar la relación de inmediato y cancelar la boda. Sin más explicaciones que un email informativo a todos los que iban a presenciar la unión, cogió lo que entraba en su maleta y se dirigió hacia el pueblo que la vio nacer, al lado de Cantabria.
Será allí donde conozcamos a su familia, su madre, una mujer con exceso de empatía que dedica su don a ayudar a los demás; su padre, un marinero que acaba de retirarse y tendrá que acostumbrarse a su nueva vida en tierra; su hermana mayor, Irene, la alcaldesa del pueblo; Fin, el hijo de Irene, un joven obsesionado con la muerte; Débora, la hermana mediana y dramaqueen profesional que cambia de convicciones según la dirección del viento; Juan, el marido bombero de Débora; Óscar, hijo recién nacido de los dos anteriores; y León, el pequeño de la familia. Pero con la llegada al pueblo no solo se topará con su familia, sino también con un pelirrojo y su hija, quienes han presenciado el episodio del chico del AVE.
Lejos de confortar con su llegada, Bea se lleva su terremoto emocional hasta su hogar, contagiándoselo a todos poco a poco. Todos ellos son personas que están sufriendo de un modo y otro, y mediante la protagonista conoceremos el origen de todo ese dolor. La acompañaremos en su autocompasión, en la extrañeza del comportamiento de su hermana Débora, en el conflicto de la planta de Biomasa que intenta sacar adelante Irene y en sus primeros —y bastante incómodos— encuentros con el pelirrojo, Diego.
Obviamente, Gente que viene y Bah explora las desgracias propias de la hermana pequeña, pero también permite que la acompañemos en el proceso de recuperación que la llevó allí en primer lugar: la pérdida de su trabajo y de su prometido en el mismo día. Al contrario que otras novelas, no podemos decir mucho más sobre su trama o todas las sorpresas quedarán al descubierto. Y creedme, hay muchas sorpresas.
Porque en general, la familia Vélez es bastante sorprendente, es algo que aprenderemos desde el primer minuto. Son ellos quienes encarnan la hipérbole de la historia, a los que nunca les pasa nada bueno, pero quienes siempre tienen que mirar hacia delante, cueste más o menos. Toda desgracia y error tiene su parte positiva, o eso es lo que dice siempre la matriarca de la familia.
Cada personaje de la novela de Laura Norton es único y difícil de definir, pero hay una cita de la novela que resume el temperamento de todos los personajes en su conjunto. Por desgracia, no he podido encontrarla entre sus páginas, así que espero que me perdonéis su inexactitud. "Es lo malo del dolor, que es egoísta. No te permite ver el dolor de los demás, solo el propio". En Gente que viene y Bah la mayoría de los personajes muestran con cada palabra su egoísmo arraigado en el dolor, anulando los sentimientos del contrario.
Y a pesar del egoísmo, el dolor y la obstinación por autocompadecerse, también notamos el amor en las relaciones que tienen los personajes, no solo con sus parejas, sino también con su familia e incluso con los vecinos. Uno de los mejores aspectos del libro es que te muestra esta realidad que defendía la madre de los Vélez. En el caso de Bea, puede que su vida diera un giro de ciento ochenta grados, pero gracias a ella vio a tiempo cómo era su prometido.
Por otro lado, además de los patrones que unen a los personajes principales de las novelas, vemos otros también construidos con maestría como la Presentadora del telediario o Pacheco, el reportero amateur del pueblo. Aun siendo ambos contrarios a la familia, se nos presentan como seres más o menos complejos.
He de reconocer que hubo un aspecto de la novela que no me gustó al 100% y no tiene nada que ver con su característica ficticia. Aunque disfruté muchísimo la lectura de No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas, no me di cuenta hasta llegar a esta publicación de lo poco que me gustaba en ocasiones la escritura de la autora. Aunque seguía un habla que bien podría ser propio de Bea, había expresiones que no me acababan de encajar en ella, palabras de otras comunidades a la propia y que aparecían a partir de la segunda mitad de la historia. Por otro lado, no eran escasas las ocasiones en las que me encontraba con páginas que estaban completas por un solo párrafo y con apenas separación de oraciones.
Claro que no sé quién acaba por tener la culpa de estos dos detalles, si ella por ser su modo de escribir, o la editorial por no corregir la novela antes de su puesta en el mercado. Parece como si el éxito de la nombrada anteriormente hubiera dado cancha a un trabajo más vago en esta. Erratas generales, de escritura, a lo largo de la novela —una o dos, tampoco voy a exagerar— y el nombre Jane Austen escrito como Jean Austen dejan bastante que desear si piensas en lo que el público va a invertir en comprar un libro. Una edición poco sólida puede acabar en que el consumidor prefiera una copia pirateada a la original, ya que la calidad que ofrecen se parece.
En general, he disfrutado muchísimo de Gente que viene y Bah, y me ha recordado a mi lectura de No culpes al Karma... donde tenía que luchar por no soltar carcajadas de madrugada. He adorado a los personajes, me he enfadado con ellos, me han resultado irritantes y me ha resultado "demasiado" en ciertos momentos. A pesar de ello, la novela de Laura Norton es una de las mejores opciones si buscas algo liviano que te haga pasar un buen rato este verano.
Gente que viene y Bah | LAURA NORTON
Título: Gente que viene y Bah
Autora: Laura Norton
Editorial: Espasa
Año: 2015
ISBN: 8467043407
Páginas: 450
Precio: 19,90 €
"¿Cuántas probabilidades hay de que te toque el gordo de la lotería? ¿O de que el chico con el que estás a punto de casarte se líe con la presentadora más guapa de la tele la misma semana en la que además pierdes el trabajo?A Bea le acaba de pasar (excepto lo de la lotería); así que decide huir y refugiarse en la casa de su excéntrica familia buscando un poco de paz, aunque acabará trayendo el caos a la vida de todos. Bea es así. En esta novela vas a encontrar un mercedes rosa, una casa en los árboles, un pelirrojo de caerse de espaldas (literalmente), muchas risas y unas cuantas lágrimas de esas que se lloran a gusto, que te liberan y te reconcilian con la vida. Una historia con la que descubrirás que siempre hay algo bueno esperándote a la vuelta de la esquina. Si sabes verlo. Y si no la cagas".Hace unos días os hablábamos de la futura adaptación a la gran pantalla de Gente que viene y Bah, una historia de Laura Norton que narra las desventuras de una joven arquitecta cántabra. Hoy intentaremos desgranar un poco la novela en la que se basará la cinta protagonizada por Clara Lago. ¿Quieres saber más sobre ella? Continúa leyendo.
Lo primero que debemos tener en cuenta cuando nos sumergimos en una historia de Laura Norton es el tono de sus novelas. Aunque tenemos claro que la autora plasma la comedia en cada una de las cuatrocientas cincuenta páginas, no es solo eso lo que caracteriza su prosa. Esta comedia se convierte en tragicomedia con la ajetreada y desgraciada vida de Bea y su familia, añadiendo un toque hiperbólico además del trágico.
Sin conocer esto de antemano, es muy probable que acabes por abandonar la novela y evitar a la autora, o como poco, a ver a los personajes desde una perspectiva bastante más negativa de la necesaria. Para sumergirte en Gente que viene y Bah es necesario tener la mente un poco abierta y dispuesta a asumir la exageración de los personajes de Norton.
Sin más preámbulos, iniciémonos en la historia. El personaje Bea no es precisamente un alma calmada que lleva la "procesión" por dentro cada vez que algo contradictorio le ocurre. La pequeña de los Vélez es explosiva, impulsiva, rencorosa y bastante testaruda, algo que conocemos desde el inicio de la historia. Y no es por que no vea coherente su reacción en cuanto su prometido le es infiel, sino por cómo refleja en toda su vida el dolor que está pasando y lo proyecta hacia inocentes —como un joven del AVE que simplemente pasaba por su lado—.
El profundo agravio por la traición de Víctor la sigue desde el primer momento, llevándola a cortar la relación de inmediato y cancelar la boda. Sin más explicaciones que un email informativo a todos los que iban a presenciar la unión, cogió lo que entraba en su maleta y se dirigió hacia el pueblo que la vio nacer, al lado de Cantabria.
Será allí donde conozcamos a su familia, su madre, una mujer con exceso de empatía que dedica su don a ayudar a los demás; su padre, un marinero que acaba de retirarse y tendrá que acostumbrarse a su nueva vida en tierra; su hermana mayor, Irene, la alcaldesa del pueblo; Fin, el hijo de Irene, un joven obsesionado con la muerte; Débora, la hermana mediana y dramaqueen profesional que cambia de convicciones según la dirección del viento; Juan, el marido bombero de Débora; Óscar, hijo recién nacido de los dos anteriores; y León, el pequeño de la familia. Pero con la llegada al pueblo no solo se topará con su familia, sino también con un pelirrojo y su hija, quienes han presenciado el episodio del chico del AVE.
Lejos de confortar con su llegada, Bea se lleva su terremoto emocional hasta su hogar, contagiándoselo a todos poco a poco. Todos ellos son personas que están sufriendo de un modo y otro, y mediante la protagonista conoceremos el origen de todo ese dolor. La acompañaremos en su autocompasión, en la extrañeza del comportamiento de su hermana Débora, en el conflicto de la planta de Biomasa que intenta sacar adelante Irene y en sus primeros —y bastante incómodos— encuentros con el pelirrojo, Diego.
Obviamente, Gente que viene y Bah explora las desgracias propias de la hermana pequeña, pero también permite que la acompañemos en el proceso de recuperación que la llevó allí en primer lugar: la pérdida de su trabajo y de su prometido en el mismo día. Al contrario que otras novelas, no podemos decir mucho más sobre su trama o todas las sorpresas quedarán al descubierto. Y creedme, hay muchas sorpresas.
Porque en general, la familia Vélez es bastante sorprendente, es algo que aprenderemos desde el primer minuto. Son ellos quienes encarnan la hipérbole de la historia, a los que nunca les pasa nada bueno, pero quienes siempre tienen que mirar hacia delante, cueste más o menos. Toda desgracia y error tiene su parte positiva, o eso es lo que dice siempre la matriarca de la familia.
Cada personaje de la novela de Laura Norton es único y difícil de definir, pero hay una cita de la novela que resume el temperamento de todos los personajes en su conjunto. Por desgracia, no he podido encontrarla entre sus páginas, así que espero que me perdonéis su inexactitud. "Es lo malo del dolor, que es egoísta. No te permite ver el dolor de los demás, solo el propio". En Gente que viene y Bah la mayoría de los personajes muestran con cada palabra su egoísmo arraigado en el dolor, anulando los sentimientos del contrario.
Y a pesar del egoísmo, el dolor y la obstinación por autocompadecerse, también notamos el amor en las relaciones que tienen los personajes, no solo con sus parejas, sino también con su familia e incluso con los vecinos. Uno de los mejores aspectos del libro es que te muestra esta realidad que defendía la madre de los Vélez. En el caso de Bea, puede que su vida diera un giro de ciento ochenta grados, pero gracias a ella vio a tiempo cómo era su prometido.
Por otro lado, además de los patrones que unen a los personajes principales de las novelas, vemos otros también construidos con maestría como la Presentadora del telediario o Pacheco, el reportero amateur del pueblo. Aun siendo ambos contrarios a la familia, se nos presentan como seres más o menos complejos.
“Lo bueno de que todo el mundo te decepcione es que al final ya no te pueden decepcionar de lo decepcionantes que son”.Gente que viene y Bah puede echar atrás por la exageración del argumento y lo irritable que resultan los personajes de la familia Vélez en varias ocasiones, pero es innegable que parte de la capacidad empática de la señora de la casa acaba por arraigarse en tu ser. Los personajes se convierten en compañeros de tu día a día conforme disfrutas de la historia y llegas a sentir su dolor, a comprenderlos y a querer defenderlos por completo.
He de reconocer que hubo un aspecto de la novela que no me gustó al 100% y no tiene nada que ver con su característica ficticia. Aunque disfruté muchísimo la lectura de No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas, no me di cuenta hasta llegar a esta publicación de lo poco que me gustaba en ocasiones la escritura de la autora. Aunque seguía un habla que bien podría ser propio de Bea, había expresiones que no me acababan de encajar en ella, palabras de otras comunidades a la propia y que aparecían a partir de la segunda mitad de la historia. Por otro lado, no eran escasas las ocasiones en las que me encontraba con páginas que estaban completas por un solo párrafo y con apenas separación de oraciones.
Claro que no sé quién acaba por tener la culpa de estos dos detalles, si ella por ser su modo de escribir, o la editorial por no corregir la novela antes de su puesta en el mercado. Parece como si el éxito de la nombrada anteriormente hubiera dado cancha a un trabajo más vago en esta. Erratas generales, de escritura, a lo largo de la novela —una o dos, tampoco voy a exagerar— y el nombre Jane Austen escrito como Jean Austen dejan bastante que desear si piensas en lo que el público va a invertir en comprar un libro. Una edición poco sólida puede acabar en que el consumidor prefiera una copia pirateada a la original, ya que la calidad que ofrecen se parece.
En general, he disfrutado muchísimo de Gente que viene y Bah, y me ha recordado a mi lectura de No culpes al Karma... donde tenía que luchar por no soltar carcajadas de madrugada. He adorado a los personajes, me he enfadado con ellos, me han resultado irritantes y me ha resultado "demasiado" en ciertos momentos. A pesar de ello, la novela de Laura Norton es una de las mejores opciones si buscas algo liviano que te haga pasar un buen rato este verano.
María R.
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