4 tinteros,
Título: Buscando a Audrey
Autor: Sophie Kinsella
Editorial: Puck
Año: 2016
ISBN: 978-8496886513
Páginas: 288
Precio: 14,00 €
En Buscando a Audrey encontramos a una joven - Audrey - que acaba de sufrir un gran trauma emocional. Después de años siendo acosada por sus compañeras de colegio, algo hizo que la pequeña estallase y necesitara estar internada durante unos meses, rota por dentro, como ella creía, siendo diagnosticada con agorafobia, ansiedad y depresión. Audrey no podrá ni tan siquiera mirar a los ojos de quienes la interpelan, y de ahí la característica imagen que vemos en su portada, con las gafas de sol, lo que le separa de su mirada y la de los demás.
La novela que nos encontramos tratará sobre la recuperación poco a poco de la chica de catorce años, desde que Linus, un amigo de su hermano mayor, Frank, entra en su vida. Aunque este sea el comienzo de la historia, no hay que restar mérito a la joven, y es que si bien ayuda a que se abra poco a poco a desconocidos, es Audrey quien avanza en su lucha contra su lizard brain, como llama a las reacciones producidas por su cerebro que tanta ansiedad le producen.
Un gran punto a favor de la novela, al menos a mi parecer, es que nunca sabemos realmente qué le pasó a Audrey, el por qué de todo esto. Solo en un momento, casi al final, tendremos la oportunidad de echar un vistazo a su historia, y aún así no se centra en el pasado, sino en el presente, lo que ocurre en ese preciso momento. Quizás fuera para evitar el efecto espejo entre la audiencia de libro, aunque me decanto por el hecho de que no es una historia sobre cómo ha llegado hasta ese momento Audrey, sino sobre cómo va a superarlo.
La nueva novela de Kinsella, publicada en España el pasado 21 de Marzo con Editorial Puck, no solo trata las enfermedades mentales desde un punto de vista bastante acertado - y del que opinaré más tarde - sino que además, nos presenta unos personajes diferentes a los que estamos acostumbrados, imperfectos y desde la perspectiva de Audrey, que parece ser más bien externa en todos los aspectos, excepto cuando se trata de sí misma.
A pesar de las ganas que tenía de leerlo, me encontré lenta en el progreso y con más pereza de la habitual, así que después de más de un mes de lectura, por fin puedo decir que el error era mío, y no de la novela o la autora, a la hora de ir a este ritmo. La prosa de Sophie Kinsella, aunque infantil - lo que adjudico al hecho de que el narrador es una chica de catorce años, y a veces resulta muy difícil ver coherente ciertos comportamientos - el cambio de estilo logra mantener encerrado al lector entre sus paginas. ¿Cómo es el cambio de estilo? Muy sencillo, la autora intercala capítulos cortos en formato narrativo con extractos sacados del documental que la joven tiene que grabar, en formato guion.
En cuanto a los personajes, me gustaría destacar - como no - a Audrey, esa joven que ha pasado por demasiados baches en su corta vida y que, aun sufriendo de depresión, agorafobia, y ansiedad, sigue siendo una adolescente, con sus subidas y bajadas de ánimo y con los nuevos factores que aparecerán en su vida poco a poco, pero sobre todo, queriendo mejorar. Ella y Felix son las grandes estrellas de Buscando a Audrey, y es que el pequeño de tan solo cuatro años nos roba el corazón desde el primer momento que aparece en escena. Frank, el primogénito de la familia, acaba convirtiéndose en el pilar más fuerte - junto a Linus - de Audrey, y poco a poco se gana un hueco en nuestros personajes favoritos. Sin embargo, como adolescente que es, en muchas ocasiones resulta bastante irritante.
No podemos decir lo mismo de los padres, quienes pecan a menudo de pensar solo en uno mismo - en el caso del padre - o de obsesionarse demasiado con las publicaciones del Daily Mail (Periódico amarillista de dudosa calidad). Ambos llevarán a cabo durante la novela comportamientos tan extremos que con frecuencia se harán realmente tediosos no solo de leer, sino de intentar comprender. Pero Linus no se libra de esta categoría. El problema no está en su comportamiento, sino más bien en su construcción, un adolescente de cuatro años que se enmarca como perfecto en casi todos los sentidos, y que simplemente no resulta creíble.
En general, la novela Buscando a Audrey nos aporta una visión diferente sobre las enfermedades mentales, intentando erradicar la estigmatización de las mismas en la sociedad, y nos presenta una historia de superación bastante creíble, aunque con personajes con los que es difícil identificarse.
Buscando a Audrey | SOPHIE KINSELLA
Título: Buscando a Audrey
Autor: Sophie Kinsella
Editorial: Puck
Año: 2016
ISBN: 978-8496886513
Páginas: 288
Precio: 14,00 €
"A veces el mero hecho de salir de casa puede representar un enorme desafío… Desde que sufrió un terrible episodio de acoso en la escuela, Audrey, de catorce años, se niega a dar un paso fuera de su hogar o a relacionarse con nadie que no sea de su familia. Las gafas oscuras y la capucha de la sudadera se han convertido en sus mejores aliadas. Hasta que conoce a Linus, un compañero de videojuegos de su hermano mayor. Y experimenta una fuerte conexión que despierta en Audrey el intenso deseo de salir de su caparazón… Un largo viaje acaba de empezar. Por suerte para ella, Audrey no tendrá que emprenderlo en solitario. Cuenta con la inteligencia de su psicoterapeuta, con el cariño de su familia, con el ingenio y el humor de Linus. Pero, por encima de todo, cuenta consigo misma".Buscando a Audrey fue una de las novedades para el mes de Marzo, que llegó a nuestro país gracias a la Editorial Puck después de un éxito rotundo en Reino Unido y Estados Unidos. He de reconocer que estaba en mi lista de pendientes desde hace meses, pero hasta que no supe de su publicación en España no decidí a hacerme con él. Aquí tenéis la reseña de la nueva novela de Sophie Kinsella, autora también de Tengo tu número.
En Buscando a Audrey encontramos a una joven - Audrey - que acaba de sufrir un gran trauma emocional. Después de años siendo acosada por sus compañeras de colegio, algo hizo que la pequeña estallase y necesitara estar internada durante unos meses, rota por dentro, como ella creía, siendo diagnosticada con agorafobia, ansiedad y depresión. Audrey no podrá ni tan siquiera mirar a los ojos de quienes la interpelan, y de ahí la característica imagen que vemos en su portada, con las gafas de sol, lo que le separa de su mirada y la de los demás.
La novela que nos encontramos tratará sobre la recuperación poco a poco de la chica de catorce años, desde que Linus, un amigo de su hermano mayor, Frank, entra en su vida. Aunque este sea el comienzo de la historia, no hay que restar mérito a la joven, y es que si bien ayuda a que se abra poco a poco a desconocidos, es Audrey quien avanza en su lucha contra su lizard brain, como llama a las reacciones producidas por su cerebro que tanta ansiedad le producen.
Un gran punto a favor de la novela, al menos a mi parecer, es que nunca sabemos realmente qué le pasó a Audrey, el por qué de todo esto. Solo en un momento, casi al final, tendremos la oportunidad de echar un vistazo a su historia, y aún así no se centra en el pasado, sino en el presente, lo que ocurre en ese preciso momento. Quizás fuera para evitar el efecto espejo entre la audiencia de libro, aunque me decanto por el hecho de que no es una historia sobre cómo ha llegado hasta ese momento Audrey, sino sobre cómo va a superarlo.
La nueva novela de Kinsella, publicada en España el pasado 21 de Marzo con Editorial Puck, no solo trata las enfermedades mentales desde un punto de vista bastante acertado - y del que opinaré más tarde - sino que además, nos presenta unos personajes diferentes a los que estamos acostumbrados, imperfectos y desde la perspectiva de Audrey, que parece ser más bien externa en todos los aspectos, excepto cuando se trata de sí misma.
A pesar de las ganas que tenía de leerlo, me encontré lenta en el progreso y con más pereza de la habitual, así que después de más de un mes de lectura, por fin puedo decir que el error era mío, y no de la novela o la autora, a la hora de ir a este ritmo. La prosa de Sophie Kinsella, aunque infantil - lo que adjudico al hecho de que el narrador es una chica de catorce años, y a veces resulta muy difícil ver coherente ciertos comportamientos - el cambio de estilo logra mantener encerrado al lector entre sus paginas. ¿Cómo es el cambio de estilo? Muy sencillo, la autora intercala capítulos cortos en formato narrativo con extractos sacados del documental que la joven tiene que grabar, en formato guion.
En cuanto a los personajes, me gustaría destacar - como no - a Audrey, esa joven que ha pasado por demasiados baches en su corta vida y que, aun sufriendo de depresión, agorafobia, y ansiedad, sigue siendo una adolescente, con sus subidas y bajadas de ánimo y con los nuevos factores que aparecerán en su vida poco a poco, pero sobre todo, queriendo mejorar. Ella y Felix son las grandes estrellas de Buscando a Audrey, y es que el pequeño de tan solo cuatro años nos roba el corazón desde el primer momento que aparece en escena. Frank, el primogénito de la familia, acaba convirtiéndose en el pilar más fuerte - junto a Linus - de Audrey, y poco a poco se gana un hueco en nuestros personajes favoritos. Sin embargo, como adolescente que es, en muchas ocasiones resulta bastante irritante.
No podemos decir lo mismo de los padres, quienes pecan a menudo de pensar solo en uno mismo - en el caso del padre - o de obsesionarse demasiado con las publicaciones del Daily Mail (Periódico amarillista de dudosa calidad). Ambos llevarán a cabo durante la novela comportamientos tan extremos que con frecuencia se harán realmente tediosos no solo de leer, sino de intentar comprender. Pero Linus no se libra de esta categoría. El problema no está en su comportamiento, sino más bien en su construcción, un adolescente de cuatro años que se enmarca como perfecto en casi todos los sentidos, y que simplemente no resulta creíble.
En general, la novela Buscando a Audrey nos aporta una visión diferente sobre las enfermedades mentales, intentando erradicar la estigmatización de las mismas en la sociedad, y nos presenta una historia de superación bastante creíble, aunque con personajes con los que es difícil identificarse.
María Reinoso
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