Alexis Bledel,

The Handmaid's Tale (El cuento de la criada)

Hace unas semanas hablamos de El cuento de la criada, la novela escrita por Margaret Atwood en los años ochenta que sirvió de base para la creación de The Handmaid's Tale, serie en coproducción de Hulu y HBO que ha causado sensación desde su estreno. Tan solo una semana tras su llegada a la pequeña pantalla, la serie era renovada para una segunda temporada, a pesar de que su base fuera autoconclusiva, pero no faltan motivos para ello.

En The Handmaid's Tale seguimos a June (Elisabeth Moss), una mujer que se ha visto forzada a trabajar como criada en el radical cambio que ha sufrido la sociedad. Pero las criadas no son lo que conocemos en la actualidad. Ese título se otorga ahora a las mujeres que ceden su cuerpo y su mente por completo para que parejas ricas puedan concebir un hijo. Para muchas, ser criada fue la única opción de seguir viviendo; para otras, su afiliación al nuevo régimen político las llevó a servir a los más poderosos.

June se convertirá en Defred cuando comience a "trabajar" para El Comandante (Joseph Fiennes) y Serena Joy (Yvonne Strahovski). Cada vez que esté en periodo de ovulación, se llevará a cabo una ceremonia de carácter religioso en la que el Comandante mantendrá relaciones sexuales con Defred, esta agarrada por Joy. De ese modo, de quedarse embarazada sería hijo de la pareja, no de la criada.

¿Cómo ha llegado June hasta ese punto en su vida? La contaminación y los anticonceptivos han llevado a la población a posarse en unos mínimos históricos. Excusándose en el terrorismo, un grupo de conservadores llegará al poder, donde abolirá la constitución de forma inmediata. Se escudarán en la seguridad de la población para hacerlo, pero ese será solo el primer paso. Se ilegalizará el derecho al trabajo y a la propiedad privada de la mujer, y todo pasará a ser de su marido. A su vez, la gente casada por segunda vez se considerará infiel, algo también perseguido en esta nueva sociedad.

Fue entonces cuando June decidió huir, cuando todos sus derechos se desvanecieron. Junto a su marido Luke y su hija, intentaron huir hacia el este, para después poder llegar a Canadá. Pero antes de cruzar la frontera, los Ojos (la milicia propia del nuevo régimen político) los atraparán y separarán para siempre.
The Handmaid's Tale narra una historia distópica llena de dolor, desesperación, añoranza y, aunque apenas se deje entrever, esperanza. Sin embargo, el aspecto más destacable de la serie es su actualidad. La brutalidad policial, la persecución hacia las minorías, el sentimiento de superioridad entre los más ricos y en general el miedo constante de la población hacia el sector que apoya el gobierno se podría extrapolar perfectamente a la américa de Trump (teniendo en cuenta la hipérbole de la serie).

El carisma de los personajes, la simetría y maestría de la fotografía atrapa desde el primer momento al espectador. Esto, añadido a la historia que muestra la serie, hace que los momentos más crudos se vivan con un miedo casi propio, casi como si estuviéramos sumergidos dentro de los planos.

Las actuaciones, tanto del trío protagonista como de otras criadas como Deglen (Alexis Bledel) o Janine (Madeline Brewer) muestran los aspectos más brutales de la nueva sociedad que puebla Estados Unidos. El de Janine se ahoga en la locura del dolor y el trauma explotado, mientras que Bledel siente en sí misma la represión y el castigo de ser quien no debe.

El cuento de la criada está compuesto de diez episodios de casi una hora cada uno y puede disfrutarse en nuestro país gracias al servicio de visionado online HBO. Su belleza, tanto emocional como física, y su mensaje, hacen de la adaptación de Margaret Atwood una serie imprescindible para los amantes de la pequeña pantalla.

Si aún no conoces la historia capitaneada por Moss, no dudes en darle una oportunidad. Eso sí, una vez comiences el visionado, intenta no parar el episodio. La atmósfera que crea cada capítulo te sumerge en la ficción y no desearás poner fin a la misma.