Siempre tuyo | DANIEL GLATTAUER.

Título: Siempre tuyo.

Autor: Daniel Glattauer.

Editorial: Alfaguara.
Año: 2012

ISBN: 978-84-204-1106-4

"Judith conoce accidentalmente a Hannes en el supermercado. Unos días después, él se presenta en su pequeña y exclusiva tienda de lámparas. Hannes es arquitecto, está en su mejor momento y es el yerno con el que cualquier suegra soñaría. También los amigos de Judith quedan  seducidos de inmediato. Pero, ¿por qué ella no es capaz de dejarse llevar y disfrutar de su nueva situación?"

Si crees que este libro va en la misma línea que Contra el viento del norte, y su segunda parte Cada siete olas, quizá te lleves una pequeña desilusión. Glattauer cambia radicalmente ese ambiente dulce y recíproco por uno mucho más enfermizo. Y es que cuando Judith conoce a Hannes, no podría pensar jamás que éste  llegaría a convertirse en algo que la perseguiría durante mucho tiempo.

Judith ya está al borde de los cuarenta y una buena mañana de Semana Santa se topa en el supermercado con Hannes, un arquitecto aparentemente perfecto. Días después, él aparece por la tienda de lámparas de Judith y poco a poco hace que ella se interese por él. Quién no lo haría de alguien que parece totalmente perfecto y que ha ido ganándose con creces a todos sus amigos e incluso a su familia.

Glattauer consigue transmitir, según vas adentrándote entre las páginas de Siempre tuyo, un sentimiento de angustia por parte de la protagonista, sintiendo en tus carnes la misma sensación que siente Judith: observada y perturbada por alguien que quieres sacar de tu vida, pero que no puedes. Hannes se obsesiona hasta tal punto con Judith que la manda cartas relatándole todos y cada uno de sus movimientos, siguiéndola con un extremo sigilo; con ello él sólo consigue perturbarla más y más, haciendo incluso que su estado mental quede en un punto muy delicado y recurra a profesionales.

Decidí embarcarme entre las páginas de este libro por novelas anteriores de este autor y se salía bastante de su línea. Los capítulos se hacían bastante cortos (el más largo tendría cinco páginas), pero en ocasiones sentía la necesidad de dejar de leer, pues la protagonista lo pasaba tan mal que conseguía transmitirme su angustia.

Puntuación: