De nadie | MAY R. AYAMONTE

Tenía mis dudas a la hora de dar una segunda oportunidad a May. No disfruté nada de Besos entre líneas, por los motivos que ya comenté en la reseña ya publicada con anterioridad; sin embargo, vi el libro en mi biblioteca y me dije: «¿por qué no?» y al comprobar que podría ser la primera en leer el ejemplar, terminé de decidirme.

De nadie narra la historia de tres mejores amigas: Nadia, Olivia y Narella. Todas ellas estudian segundo de bachillerato y están a punto de ir a la universidad. Tienen sus problemas personales: a Nadia le cuesta asumir la muerte de su padre, aunque ya casi han pasado cuatro años desde su fallecimiento; Olivia vive con su madre, Esperanza, y el novio de ésta, Marcos, el causante que hace que Olivia quiera huir de su casa, pero no puede porque teme que pegue e incluso acabe con la vida de su madre; la última de ellas, Narella, es una chica que proviene de una familia conservadora acomodada y donde se siente asfixiada, ya no solo porque sus padres quieren verla con una pareja con alto nivel económico, sino porque también señalan a sus dos mejores amigas como malas influencias.

La historia da comienzo con un conflicto interno que siente Nadia: su madre está a punto de casarse con John, un inglés al que conoció en un grupo de apoyo para divorciados y viudos. Quiere que sean felices, en especial, su madre, pero a Nadia le cuesta dar este paso, pues cree que la boda de su madre conleva mudarse y dejar atrás el último vestigio que supone para ambas Alberto, su padre.

John tiene un hijo de la edad de Nadia, Ian. Es un chico descrito como muy atractivo y que no puede resistirse a las conquistas y, mucho menos, pasar al menos uno de los dos días del fin de semana sin compañía. Pero Ian tiene un amigo,Hazel, al que le cuesta comprender su modus vivendi y del que sabe que, en cuanto conoce a Nadia, ambos no van a poder evitar querer saber más el uno del otro.

De nadie es una novela coral: conoces la perspectiva de cinco de los personajes que más peso tienen en la trama —Nadia, Olivia, Narella, Hazel e Ian— a través de un narrador omnisciente. Soy una gran  partidaria de este tipo de novelas, me encanta conocer a fondo a los personajes, pero en este caso he encontrado dos cosas: me hubiera encantado que Nadia no monopolizase tanto la historia, es evidente que quieren darle más peso, pero lo poco que he logrado conocer de Olivia y Narella me ha gustado bastante. Por otra parte, tenía mis conflictos internos con el narrador: a veces daba la impresión de que su voz se mezclaba con los protagonistas y pensabas que quien te estaba contando lo que leías era el propio personaje, y no el narrador. Además, era bastante evidente  que el narrador tiene un enorme favoritismo hacia la indiscutible protagonista. 

Es cierto que de Besos entre líneas a De nadie se percibe cierta evolución. Pero May cae en errores muy comunes. Te cuela datos que poco o nada aportan a la trama (como esa breve mención a Emma que te deja ojiplática, porque ha sido capaz de colarla), vuelve al cliché del chico-malo-pasado-oscuro, salvo que Hazel parece ser mejor tío que su anterior galán, de los accidentes de tráfico y de la pérdida de familiares muy cercanos. No muestra gran versatilidad de una novela a otra en ese aspecto. Algunas cosas parecen bastante forzadas, pues ya es casual que la primera chica que le llame la atención a cierta personaje sea lesbiana. 

Con respecto a lo que más importancia se le da a la trama, que es la libertad sexual de cada unx, hace muy bien en querer tratar este tema. Se centra en especial en el personaje de Hazel, en cómo vive su bisexualidad, y cuáles son las «condiciones» que «deben asumir» las personas con las que quiere mantener relaciones íntimas. A su alrededor se genera un gran estereotipo de promiscuidad.  *SPOILER* En mi opinión, habría sido bastante interesante mostrar cómo se desarrolla la relación de Nadia junto a Hazel, y si ella también hubiera logrado apostar por las relaciones abiertas e, incluso, abrir la puerta a ser bisexual. *FIN DEL SPOILER*

Con respecto a otros de sus personajes, quien la propia autora se ha referido a ella como lesbiana, no me lo ha parecido del todo. Yo la consideraría bisexual, porque aunque mantiene relaciones con una chica y, si no recuerdo mal, no descartaba conocer a otras, tampoco abandonaba la idea de ir detrás del chico por el que no dejaba de suspirar durante buena parte de la historia. 

Por otra parte, y algo que me ha parecido realmente importante y sobre todo, porque no ha mencionado la palabra violación. Y es que en este libro hay una violación. Cuando quien la ha sufrido lo menciona, ninguna de las chicas a la que se lo cuenta le dice: oye, tía, sabes que si ese tío te ha metido la polla sin que tú estuvieras preparada, sin que tú se lo hayas consentido, es una violación. Pensé que haría más hincapié en esto, pero trata el tema con un simple esbozo y lo deja pasar. Me sentí muy decepcionada tras ver que no parecía nada importante, ni siquiera para la víctima, cuando de seguro es totalmente lo contrario. 

Con respecto a la narración, no conecto nada con el estilo de May. He tardado trece días en leerlo (es cierto que he estado en periodo de exámenes y no tenía tanto tiempo), pero me dio la impresión de que parecía mucho más. La trama sucedía con gran lentitud, sin apenas sorpresas y todo bastante predecible (lo de la hermana de Narella lo olí desde su primera aparición). De nadie necesita revisiones por coherencia, por ambientación (había frases que leí varias veces y a día de hoy no sé qué quiere decirme) o simplemente porque son incorrectas y han pasado desapercibidas. 

La ambientación y las sensaciones de los personajes son pobres y apenas creíbles. Si estamos en la perspectiva de alguien borracho, no comenta las sensaciones que esto le ocasiona, o incluso cuando están protagonizando escenas sexuales, son escenas planas sin apenas descripciones de qué sienten y que transcurren rápido y a otra cosa mariposa. 

A pesar de todo, le doy 2 tinteros que huelen a 1,5, porque aprecio que el estilo y el trabajo de May han evolucionado con respecto a Besos entre líneas, pero apenas muestra versatilidad y se queda encajada en esos clichés a los que suele recurrir y en los que se siente cómoda. 

~ Laura B.