4 tinteros,
Pero no todo son personajes antiguos y conocidos. Kavinsky tomará poder en una historia en que solo se le había rozado con las yemas de los dedos. Comenzamos conociéndolo como el típico macarra, indeseable al que no se acercarían ni sus padres, pero conforme el nudo avanza nos damos cuenta de que no es solo eso, es algo mucho peor. A Kavinsky le sigue El Hombre de Gris, el asesino a sueldo al que cogeremos cariño poco a poco. Con un pasado que descubrimos al igual que Maura, este personaje promete sorprendernos con el modo en que se toma su trabajo y las decisiones que llegará a tomar.
La poca evolución del joven entra en contraste con El Hombre de Gris, quien al final parece una persona diferente, a pesar del poco tiempo que trascurre en la historia - aunque el tiempo sea relativo -. A pesar de las diferencias entre ellos y el resto de personajes vemos cómo siguen la línea de muchos otros de este mundo que ha creado la autora, como por ejemplo Adam: trágica backstory, algo que les cambia y las consecuencias que esto lleva en su yo actual.
Los saqueadores de sueños | MAGGIE STIEFVATER
Título: Los saqueadores de sueños (The Raven Cycle #2)
Autor: Maggie Stiefvater
Editorial: Ediciones SM
Año: 2014 (En España)
ISBN: 978-84-6755-921-7
Páginas: 496
Precio: 14,94 €
"Todo el mundo tiene secretos. Los guardamos o nos los guardan, los controlamos o escapan a nuestro control. Ronan Lynch también. El gran secreto de Ronan es que puede coger cosas de los sueños y traerlas al mundo real. Lo malo es que hay alguien más que desea esas mismas cosas. Alguien cuyas intenciones son más siniestras.
Y mientras tanto, las líneas ley que rodean Cabeswater se están debilitando. Glendower es un sueño cada vez más lejano, y Gansey no está dispuesto a permanecer indiferente."
Hace unos días os hablábamos de la primera entrega de la saga escrita por Maggie Stiefvater, The Raven Cycle, que comienza con el título en castellano The raven boys: La profecía del cuervo. Hoy venimos con Los saqueadores de sueños, la segunda parte de la tetralogía que aún está incompleta en gran parte del mundo, nuestro país incluido.
En este libro volvemos a Henrietta, el pequeño pueblo de Virginia. Tras ese final que dejó a más de uno con cara rara, pensando en qué iba a ocurrir, volvemos a ver a Blue, Gansey, Noah, Adam y a Ronan, e incluso a todas las mujeres que habitan el 300 de Fox Way.
Meses después de que Adam se sacrificase ante Cabeswater, la línea ley ha comenzado a tener una actividad extraña, sin llegar a estabilizarse como nuestros protagonistas pensaban que ocurriría una vez realizado el sacrificio. Adam está normal, como siempre. O al menos es eso lo que parece. Entra en escena Kavinsky, tomando una verdadera personalidad y no siendo una mera mención, y llegará a las vidas de los habitantes del pueblo El Hombre de Gris, un sicario en busca de algo muy preciado para su cliente: el Greywaren.
En contraste con The Raven Boys, esta novela me ha parecido bastante más lenta al comienzo y casi hasta la mitad de la historia.
El problema he tenido con la escritura de la autora en este caso es que te va dando información poco a poco, de forma casual, y hasta que no lo menciona en un momento posterior no te das cuenta de que ya sabes lo que Stiefvater quería contarte. Para mí, que soy demasiado despistada, se me pasaban bastantes datos o no reparaba en su importancia, por lo que aunque en realidad estuviera recibiendo información, parecía que solo recapacitaban sobre la situación que habíamos leído en el libro anterior.
Otro de los baches con los que contaba en el camino de esta lectura es que saltaban preguntas constantemente en cuanto al argumento, y la mayoría no se resuelven hasta que no entras en las últimas cincuenta páginas, lo cual me resultaba bastante frustrante, sobre todo teniendo en cuenta la extensión del libro.
En cuanto a los personajes, los chicos han evolucionado, y las mujeres en la vida de Blue por fin se han sosegado - dentro de lo que cabe - y viven en armonía bajo el mismo techo, después de todo el drama vivido en la anterior entrega. Gansey y Noah son los únicos chicos cuervo que seguirán siendo igual que siempre. Conforme sigamos a nuestros protagonistas veremos como Ronan desarrolla el poder que nos avanzaban en el capítulo previo a Los saqueadores de sueños y Adam comenzará a sentirse de un modo extraño hasta que pueda desarrollar su verdadero potencial. Además, descubriremos el link de una de las médium con la magia que se cierne sobre la historia.
Meses después de que Adam se sacrificase ante Cabeswater, la línea ley ha comenzado a tener una actividad extraña, sin llegar a estabilizarse como nuestros protagonistas pensaban que ocurriría una vez realizado el sacrificio. Adam está normal, como siempre. O al menos es eso lo que parece. Entra en escena Kavinsky, tomando una verdadera personalidad y no siendo una mera mención, y llegará a las vidas de los habitantes del pueblo El Hombre de Gris, un sicario en busca de algo muy preciado para su cliente: el Greywaren.
En contraste con The Raven Boys, esta novela me ha parecido bastante más lenta al comienzo y casi hasta la mitad de la historia.El problema he tenido con la escritura de la autora en este caso es que te va dando información poco a poco, de forma casual, y hasta que no lo menciona en un momento posterior no te das cuenta de que ya sabes lo que Stiefvater quería contarte. Para mí, que soy demasiado despistada, se me pasaban bastantes datos o no reparaba en su importancia, por lo que aunque en realidad estuviera recibiendo información, parecía que solo recapacitaban sobre la situación que habíamos leído en el libro anterior.
Otro de los baches con los que contaba en el camino de esta lectura es que saltaban preguntas constantemente en cuanto al argumento, y la mayoría no se resuelven hasta que no entras en las últimas cincuenta páginas, lo cual me resultaba bastante frustrante, sobre todo teniendo en cuenta la extensión del libro.
En cuanto a los personajes, los chicos han evolucionado, y las mujeres en la vida de Blue por fin se han sosegado - dentro de lo que cabe - y viven en armonía bajo el mismo techo, después de todo el drama vivido en la anterior entrega. Gansey y Noah son los únicos chicos cuervo que seguirán siendo igual que siempre. Conforme sigamos a nuestros protagonistas veremos como Ronan desarrolla el poder que nos avanzaban en el capítulo previo a Los saqueadores de sueños y Adam comenzará a sentirse de un modo extraño hasta que pueda desarrollar su verdadero potencial. Además, descubriremos el link de una de las médium con la magia que se cierne sobre la historia.
Pero no todo son personajes antiguos y conocidos. Kavinsky tomará poder en una historia en que solo se le había rozado con las yemas de los dedos. Comenzamos conociéndolo como el típico macarra, indeseable al que no se acercarían ni sus padres, pero conforme el nudo avanza nos damos cuenta de que no es solo eso, es algo mucho peor. A Kavinsky le sigue El Hombre de Gris, el asesino a sueldo al que cogeremos cariño poco a poco. Con un pasado que descubrimos al igual que Maura, este personaje promete sorprendernos con el modo en que se toma su trabajo y las decisiones que llegará a tomar.
La poca evolución del joven entra en contraste con El Hombre de Gris, quien al final parece una persona diferente, a pesar del poco tiempo que trascurre en la historia - aunque el tiempo sea relativo -. A pesar de las diferencias entre ellos y el resto de personajes vemos cómo siguen la línea de muchos otros de este mundo que ha creado la autora, como por ejemplo Adam: trágica backstory, algo que les cambia y las consecuencias que esto lleva en su yo actual.
En general, un libro que continúa con la intriga del primero pero al que aún le quedan muchas preguntas por responder y que espero aparezcan en la próxima entrega de The Raven Cycle. Aunque no haya sido de mis favoritos lo he disfrutado como pocos, volviendo a la historia y a los personajes que tanto cariño cogí y llegando a conocer a los nuevos. Recordad que desde el pasado 23 de Septiembre podéis tener en vuestras manos El tercer durmiente, la tercera parte de la saga escrita por Maggie Stiefvater.
María Reinoso
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