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¿Qué podemos esperar de Knightfall?
En el panorama seriéfilo actual podemos disfrutar de muchas series ambientadas en diferentes periodos históricos, desde la fantástica Juego de Tronos hasta Reign o, algo más actual, Good Girls Revolt.
Por muchas épocas que se muestren en la pequeña pantalla, hay un tema que no se ha utilizado con asiduidad y ese es el de los Templarios, guerreros cristianos que pretendían proteger Tierra Santa y proteger a los hombres en su camino. Ahora podemos echar un vistazo a los últimos años de estos hombres con Knightfall, la nueva serie de HBO protagonizada por Tom Cullen (Downton Abbey).
Siglo XIV. Tierra Santa está siendo atacada tras un largo asedio a la ciudad. A pesar de la lucha, los templarios no pueden salvar la ciudad, por lo que intentan salvar a las personas que viven en ella. Tras asegurar la seguridad del Santo Grial (la copa de la que Jesucristo dio de beber vino en la última cena), los guerreros llenan los barcos con tantos habitantes de Tierra Santa como pueden, mas en mitad de la huida, una bola de fuego alcanza el primer barco. Es ahí donde se encontraba un gran número de personas custodiando el Santo Grial.
Con todo perdido, los Templarios de Tierra Santa y las personas que han conseguido rescatar se dirigen rumbo a París, donde estarán los próximos quince años. La capital francesa, mayoritariamente cristiana, comienza a desarrollar un odio especial hacia los judíos. Las arcas del Estado están cada vez más vacías, pero a pesar de las recomendaciones del consejero real William De Nogaret (Julian Ovenden) el Rey Philip (Ed Stoppard) rechaza el pedir un impuesto único para los de fe distinta a la oficial.
No importan los años que pasen, el sentimiento de derrota sigue presente entre los Templarios y especialmente en Landry (Tom Cullen), quien propone proteger a este sesgo de la población de la crueldad pública que les demuestran día a día.
Mientras tanto el maestro de los Templarios parece realizar una misión de importancia que tendrá como desenlace su muerte en mitad del camino, asaltado por quienes parecen ser simples ladrones del bosque. La identidad de los malhechores se cuestionará cuando, en la espada del maestro que ha traído de vuelta el joven Persifal (Bobby Schofield) encuentren la primera pista de algo histórico: el Santo Grial ha sobrevivido y está nada más y nada menos que en Francia.
En el Castillo del Rey se encuentran en una encrucijada por escoger el futuro marido de la Princesa Isabella (Sabrina Bartlett). Los dos candidatos serían Inglaterra, con quien sellarían un conflicto, o Cataluña, donde conseguirían riquezas y terrenos estratégicos. Isabella tiene clara su elección: pretende casarse con el Príncipe Luis. Su padre no está tan seguro. Por otro lado, la Reina Juana (Olivia Ross) parece enfermar con bastante frecuencia, al menos a los ojos de su esposo, evitando que los monarcas hagan la típica vida de reyes rodeados de su corte a la que nos ha acostumbrado la ficción real.
Estos son los puntos de partida de los personajes que viven en la serie Knightfall, un drama de acción y aventuras producido por Jeremy Renner y dirigido por Douglas Mackinnon, Metin Hüseyin y David Petrarca.
Como buen producto histórico desarrollado para televisión, no solo narra los hechos del fin de los Templarios y sus luchas, sino que también cuenta con subtramas amorosas, de traición, y muchas escenas de una violencia digna de Juego de Tronos.
Personalmente y como no-experta en historia, hay algún que otro aspecto que me ha chirriado de los primeros episodios que hemos podido ver de la serie. Uno de ellos se trata del círculo que llevan los judíos como identificación, casi como el tatuaje que llevaran cinco siglos después. El otro es la ostentación de un cargo tan importante como es consejero de la corona por un hombre ajeno a la fé del rey —y en definitiva, de la mayoría del país—. Puede que efectivamente fuese así en el siglo XIV, pero se me antoja algo adelantado para la época.
Por otra parte, aunque el trabajo en vestuario y ambientación es más que satisfactorio, hay escenas como las que ocurren dentro de la capilla del castillo en que se notan unos efectos visuales no demasiado trabajados. Es lógico que una serie que comienza no brille precisamente en este aspecto, pero me recordaron a los que, después de más de seis temporadas, utiliza Once Upon A Time —También de A+E Networks—.
En cuanto a argumento de la serie, es cierto que en muchas ocasiones nos encontramos con momentos obvios —como el ofrecimiento a Persifal para ser un templario—, pero tiene un ritmo rápido que entretiene y hace que los cuarenta y cinco minutos no se hagan pesados e incluso te hagan querer más.
Knightfall es una serie en la que los finales siempre conllevan algún plot twist para enganchar al siguiente, pero lo que de verdad destaca de ella son sus actuaciones. Destaca Jim Carter, que interpreta al Papa Bonifacio VIII mostrando su cara más cordial —casi recuerda a su personaje Carlson, de Downton Abbey— para desvelar posteriormente la mano dura que lo ha mantenido en su papel mucho tiempo.
La serie está formada por diez episodios de cuarenta y cinco minutos cada uno que podremos disfrutar en HBO España a partir del día 7 de diciembre. La plataforma de visionado online estrenará un episodio a la semana al día siguiente de su salida en Estados Unidos.
Siglo XIV. Tierra Santa está siendo atacada tras un largo asedio a la ciudad. A pesar de la lucha, los templarios no pueden salvar la ciudad, por lo que intentan salvar a las personas que viven en ella. Tras asegurar la seguridad del Santo Grial (la copa de la que Jesucristo dio de beber vino en la última cena), los guerreros llenan los barcos con tantos habitantes de Tierra Santa como pueden, mas en mitad de la huida, una bola de fuego alcanza el primer barco. Es ahí donde se encontraba un gran número de personas custodiando el Santo Grial.
Con todo perdido, los Templarios de Tierra Santa y las personas que han conseguido rescatar se dirigen rumbo a París, donde estarán los próximos quince años. La capital francesa, mayoritariamente cristiana, comienza a desarrollar un odio especial hacia los judíos. Las arcas del Estado están cada vez más vacías, pero a pesar de las recomendaciones del consejero real William De Nogaret (Julian Ovenden) el Rey Philip (Ed Stoppard) rechaza el pedir un impuesto único para los de fe distinta a la oficial.
No importan los años que pasen, el sentimiento de derrota sigue presente entre los Templarios y especialmente en Landry (Tom Cullen), quien propone proteger a este sesgo de la población de la crueldad pública que les demuestran día a día.
Mientras tanto el maestro de los Templarios parece realizar una misión de importancia que tendrá como desenlace su muerte en mitad del camino, asaltado por quienes parecen ser simples ladrones del bosque. La identidad de los malhechores se cuestionará cuando, en la espada del maestro que ha traído de vuelta el joven Persifal (Bobby Schofield) encuentren la primera pista de algo histórico: el Santo Grial ha sobrevivido y está nada más y nada menos que en Francia.
En el Castillo del Rey se encuentran en una encrucijada por escoger el futuro marido de la Princesa Isabella (Sabrina Bartlett). Los dos candidatos serían Inglaterra, con quien sellarían un conflicto, o Cataluña, donde conseguirían riquezas y terrenos estratégicos. Isabella tiene clara su elección: pretende casarse con el Príncipe Luis. Su padre no está tan seguro. Por otro lado, la Reina Juana (Olivia Ross) parece enfermar con bastante frecuencia, al menos a los ojos de su esposo, evitando que los monarcas hagan la típica vida de reyes rodeados de su corte a la que nos ha acostumbrado la ficción real.
Estos son los puntos de partida de los personajes que viven en la serie Knightfall, un drama de acción y aventuras producido por Jeremy Renner y dirigido por Douglas Mackinnon, Metin Hüseyin y David Petrarca.
Como buen producto histórico desarrollado para televisión, no solo narra los hechos del fin de los Templarios y sus luchas, sino que también cuenta con subtramas amorosas, de traición, y muchas escenas de una violencia digna de Juego de Tronos.
Personalmente y como no-experta en historia, hay algún que otro aspecto que me ha chirriado de los primeros episodios que hemos podido ver de la serie. Uno de ellos se trata del círculo que llevan los judíos como identificación, casi como el tatuaje que llevaran cinco siglos después. El otro es la ostentación de un cargo tan importante como es consejero de la corona por un hombre ajeno a la fé del rey —y en definitiva, de la mayoría del país—. Puede que efectivamente fuese así en el siglo XIV, pero se me antoja algo adelantado para la época.
Por otra parte, aunque el trabajo en vestuario y ambientación es más que satisfactorio, hay escenas como las que ocurren dentro de la capilla del castillo en que se notan unos efectos visuales no demasiado trabajados. Es lógico que una serie que comienza no brille precisamente en este aspecto, pero me recordaron a los que, después de más de seis temporadas, utiliza Once Upon A Time —También de A+E Networks—.
En cuanto a argumento de la serie, es cierto que en muchas ocasiones nos encontramos con momentos obvios —como el ofrecimiento a Persifal para ser un templario—, pero tiene un ritmo rápido que entretiene y hace que los cuarenta y cinco minutos no se hagan pesados e incluso te hagan querer más.
Knightfall es una serie en la que los finales siempre conllevan algún plot twist para enganchar al siguiente, pero lo que de verdad destaca de ella son sus actuaciones. Destaca Jim Carter, que interpreta al Papa Bonifacio VIII mostrando su cara más cordial —casi recuerda a su personaje Carlson, de Downton Abbey— para desvelar posteriormente la mano dura que lo ha mantenido en su papel mucho tiempo.
La serie está formada por diez episodios de cuarenta y cinco minutos cada uno que podremos disfrutar en HBO España a partir del día 7 de diciembre. La plataforma de visionado online estrenará un episodio a la semana al día siguiente de su salida en Estados Unidos.
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